Cuentos de la página www [100.00%]
Mire lo lascivo de las radios y pasquines que se interponen en nuestras
orejas y oídos. Basura de propaganda meramente oficialista —extendió el
índice hacia el celeste y luego lo contrajo en señal de advenimiento divino
—es tiempo de transfigurar las consecuencias, convertirlas en el despegue de
una hermandad justa y proletaria.
Ya repuesto del ensueño, pero aún con lagañas en los ojos, el recién
desayunado observó al orador como un estudiante de Biología a un sapo. Con
el desconocimiento que vuelve venerables las cosas, le preguntó:
— ¿De qué carajo estás hablando? —al terminar la frase, un eructo lo
asaltó. Le dejó el sabor de las milanesas con mate que había comido antes de
irse a dormir.
—De la humillación irreparable y subliminal que recibimos todos los días.
Del robo de los manjares de la vida y de los imaginativos programas para
alterar la realidad. Yo estoy decidido a hacer florecer la riqueza perdida.
Juntos podríamos hacer mucho.
El recién desvelado no alcanzó a comprender muy bien el significado de
todo el tumulto de oraciones. Pero la simple aparición de las palabras
‘riqueza’ y ‘mucho’, bastó para que el cerebro multiplicara las
connotaciones. En un gesto de concentración esmerada, cruzó los brazos
delante del cuerpo, arqueó el cuerpo levemente hacia atrás, levantando y
estirando a la vez los dedos de los pies contenidos dentro de las ojotas.
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